miércoles, 12 de mayo de 2010

Creado por: Héctor Díez Morell

INTRODUCCIÓN Y DEFINICIÓN

La canulación arterial se realiza frecuentemente en la Unidades de Cuidados Intensivos con dos motivos principales:

• La medición de una presión arterial directa y continua del paciente.
• La realización de numerosas analíticas sin necesidad de repetidas punciones.

Además de que estos catéteres necesitan un acceso vascular, su utilización pone a los pacientes en una situación de riesgo de complicaciones infecciosas locales y sistémicas, trombosis, hemorragias ...
Esta técnica ha sido progresivamente abordada por Enfermería, y se puede realizar mediante dos técnicas, mediante angiocatéter, o con fiador metálico, conocida esta última como técnica de Sheldinger descrita en los 50, que es la que explicaremos a continuación.

La arteria a canalizar estará en función del estado general del paciente, de la accesibilidad y de las indicaciones médicas. En general se canalizarán las radiales, aunque también se puede realizar en ambas femorales y pedias. Si la elección es una radial se efectúa la maniobra de Allen mediante la que comprobaremos la existencia de pulso colateral.



Personal necesario

Enfermera/o y auxiliar de enfermería.

Material

• Rollo de gasa.
• Guantes y paño estériles.
• Jeringas de 2-5cc.
• Antiséptico cutáneo. Clorhexidina alcoholica
• Suero salino heparinizado (1 u/cc).
• Llave de tres pasos.
• Apósito transparente estéril.
• Sistema de infusión purgado con suero salino heparinizado.
• Monitor con módulo de presión.
• Set de punción arterial: aguja metálica, fiador y catéter
• Seda para la fijación del catéter



Si el paciente está consciente le explicaremos la técnica, hecho lo cual procederemos a reunir todo el material necesario. Cuando lo tengamos preparado se desinfectará cuidadosamente la piel del paciente con clorhexidina alcohólica.

Se realiza la localización de la arteria mediante una aguja fina. Una vez obtenido el flujo de sangre se introduce una guía metálica flexible con punta blanda a través de la aguja y se progresa un catéter apoyándose en la guía

A continuación lavar el catéter para asegurar la permeabilidad, conectar a la alargadera previamente purgada y a la llave de tres pasos.
Fijar el catéter a la piel con puntos de sutura y tapar con apósito transparente semipermeable.
Unir la llave de tres pasos al sistema transductor de flujo.
Unir el cable del monitor a transductor, realizar el cero y calibrar el monitor.
Abrir el sistema de lavado continuo y las llaves de tres pasos de forma que se conecten el flujo arterial con el transductor.
Comprobar que la curva de presión de monitorización sea correcta.



Post-ejecución

Se debe vigilar de forma continuada la coloración de los dedos, temperatura y saturación transcutánea de O2.
Si la onda de presión arterial en la pantalla del monitor cambia en algún momento se debe comprobar la estabilidad del paciente y obtener la presión arterial de forma manual además de verificar las llaves y las conexiones en el sistema por si hubiera burbujas o coágulos.
Se debe comprobar la piel de alrededor de la inserción del catéter por si en algún momento está pálida, cianótica o indurada.
Vigilar que esta zona esté siempre descubierta y en una zona bien visible.
Dejar al paciente en una situación cómoda.
Reflejar en los registros de enfermería la fecha de la implantación y el material utilizado.



Las complicaciones

Podemos clasificarlas en:
1. Complicaciones infecciosas:
1. Infección del catéter no complicada.
2. Infección del catéter complicada (tromboflebitis séptica).
3. Bacteriemia y sépsis por catéter.
2. Complicaciones no infecciosas:
1. Complicaciones vasculares:
1. Embolismo gaseoso.
2. Tromboembolismo.
3. Hemorragia.
4. Hematoma.
5. Pulso descendido o ausente distalmente al lugar de punción.
2. Miscelánea:
1. Arritmias.
2. Desplazamiento del catéter.
3. Alteraciones hemodinámicas.
4. Alteraciones cutáneas.
5. Presiones inexactas.


Foto compañero Paco en la inserción de un C.A. (UVI)

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